Diseñe su jardín

Arreglar mi balcón

Un balcón pequeño puede convertirse en un amplio salón. Con la selección adecuada, gana comodidad, estilo y funcionalidad sin hacer obra. Aquí tienes nuestros consejos de experto para crear un espacio que refleje tu personalidad.

Analizar el espacio para aprovecharlo al máximo

Cada balcón tiene su potencial. Largo y estrecho, cuadrado o en ángulo: merece la pena pensar en el uso que le vas a dar antes de comprar. Empezamos por definir las prioridades: ¿comedor, relax, zonas verdes o un poco de todo? Luego medimos. Sí, de verdad. La clave está en pensar en la circulación y en la utilización diarios. Poder sentarse, levantarse, ordenar, salir: una buena distribución es, ante todo, un espacio que respira.

Céntrate en lo esencial (pero elige bien)

En un espacio pequeño, cada mueble cuenta. Elige formatos compactos, plegables o apilables, y materiales ligeros. El metal, la teca o el aluminio son perfectos para combinar durabilidad y maniobrabilidad. Una mesa plegable y asientos que se guardan en un instante: liberan espacio sin sacrificar la comodidad. Y si un mueble puede tener una doble función (almacenamiento y asiento, por ejemplo), mucho mejor.

Crea un ambiente auténtico, incluso en 3 m²

El estilo no necesita metros cuadrados. Unos pocos accesorios bien pensados —alfombras de exterior, cojines de colores, guirnaldas de luces— son suficientes para transformar un rincón en un auténtico refugio. También puedes jugar con la altura: plantas colgantes, mesas fijadas a la barandilla, estanterías. ¿El resultado? Un espacio que refleja tu personalidad, agradable de la mañana a la noche, y que te invita a disfrutarlo toda la temporada.

Pensar en evolutivo y práctico

Un balcón pequeño bien aprovechado también es un espacio fácil de vivir. Protege tu mobiliario con fundas, elige materiales que se limpien de un gesto y guarda fácilmente los cojines o accesorios en un baúl o banco. El mobiliario debe adaptarse a tu ritmo: un almuerzo en pareja, una lectura a solas, un aperitivo improvisado… Con unas cuantas buenas ideas, todo es posible, incluso sin jardín.